28 septiembre, 2010

Yo no iré a la Huelga

Esta es la pregunta del día y la respuesta, sea la que sea, necesita una explicación. 


Aqui estoy, asistiendo al VI Congreso de Turismo de Tenerife via internet, retransmitiéndolo en Twitter y de paso escribiendo en mis blogs y despachando el correo. Estoy en casa pero me siento trabajando y, como empresaria individual, es que no me queda más remedio por más que no vaya a recibir una retribución directa por estas tareas. Mañana he conseguido dos citas que llevaba buscando varios meses ¿puedo permitirme el lujo de decir que no porque estoy en huelga? Obviamente no. 


Respeto profundamente a los sindicatos y a los trabajadores que entienden que la huelga es necesaria y/o útil. Los respeto igual que a muchos otros cuyas ideas creo equivocadas pero considero respetables. Pero por mi parte pienso que no era el momento ni va a servir para nada. En todo caso va a servir para generar una sensación de tarea pendiente, un desgaste en las empresas fruto de una tensión que los trabajadores no han demandado, un desgaste de los trabajadores que hubieran preferido no verse sometidos a la tesitura de decidir huelga si  o huelga no cuando sus empleos penden de un hilo y sus energías deben enfocarse a cubrir el exceso de trabajo provocado por los ajustes de plantilla, un desgaste en los parados que se enfrentan a la ironía de no poder hacer huelga a pesar de ser las víctimas mayoritarias de la crisis. ¿A que juegan los sindicatos? ¿A quien representan? 


Esta es una huelga descafeinada, como las tarifas eléctricas, una huelga de "último recurso" pero cosmético, que dará alas al PP en su tarea de socavamiento del gobierno y que permitirá  a las empresas descontar el día a los trabajadores que no acudan a trabajar. Una huelga contra el gobierno que ha pospuesto la reforma laboral hasta el último momento, hasta que la incapacidad de sindicatos y empresarios para el acuerdo le ha obligado a ceder ante un situación internacional insostenible. La huelga hará daño al gobierno, no cabe duda, los sindicatos maquillarán su parálisis ante la crisis y su falta de liderazgo y permitirán al PP hacer leña del árbol caído. Cierto que el gobierno ha hecho muchas cosas mal, la primera negar la mayor hace cuatro años y cerrar los ojos a la crisis y después tomar medidas en favor de la paz social en vez de aquellas que permitirían un cambio de rumbo a la economía. Pero ya es tarde y la huelga no va a arreglar nada y la previsible crisis de gobierno que se haga en las próximas semanas, digan lo que digan, estaba ya más que decidida. Para este viaje no hacen falta tantas alforjas.


No, decididamente mañana no iré a la huelga.

2 comentarios:

guanche dijo...

Para este animal la huelga es mas necesaria que nunca, cuando aprovechando el miedo a la perdida del empleo se recortan los derechos de los trabajadores a tiempos de muchos años atras, como cuando se recortaron las libertades individuales de las personas aprovechando el "miedo" al terrorismo tras los últimos atentados del lado oscuro. (porque los del otro lado ya se sabe que no son atentados sino luchas preventivas con efectos colaterales)

Que el PP buscará y sacará ventaja de esta situación esta claro, y aplauden hasta con las orejas todo lo mal que pueda ir ahora cualquier cosa aquí, pero que el PSOE está haciendo la política económica soñada por el PP tambien es verad, asi que poca diferencia, si no ninguna, en cuanto a la política económica de ambos partidos, salvo en las formas que unos la hacen a golpe de decreto y los otros igual pero pidiendo perdón a los de abajo y sin apenas tocar a los de arriba.

Que haya empresas como el Santander y demás que hayan tenido beneficios históricos en estos ultimos meses cuando peor le va a los de abajo, dice mucho de que tipo de politica económica hacen los grandes partidos y pare quien las hacen.

Pero no se preocupen, con echar la culpa a la crisis mundial y meter miedo con la intervención extranjera ya vale, que suerte tiene los Brasileños y demás paises con politicas radicalmente distintas de no vivir en este mundo para que les afecte la crisis en estos tiempos.

Ya se sabe y se ha dicho que la huelga no va a cambiar nada, que el gobierno seguirá con su politica económica de derechas digan lo que digan y quien lo diga, pero si los trabajadores dan todo por perdido ahora y bajan las orejas, despues será tarde cuando llegue la siguiente siega... quizas ya no tengan cabeza que agachar.

Hay que luchar por las causas por muy inancanzables que parezcan, si uno cree en ellas y son justas.

Peronde por el escaldon de palabras que he puesto aquí.

Ahul
guanche

Ana Gallardo dijo...

Amigo, te agradezco tu presencia como siempre y por supuesto tus opiniones no solo son respetados sino bienvenidos. Mi comentario es que hacer esta huelga era hacer el juego a los sindicatos y a su autocomplacencia. Los sindicatos deberían tomar nota de su baja representatividad ya que en un país con casi 5 millones de parados siguen luchando por derechos que son en realidad "privilegios" que ya no están vigentes en una Europa ampliada y un mundo global, considerando a los empresarios explotadores por definición y utilizando a las grandes empresas (una anécdota en nuestro país) como referencia de un entorno que no existe.

Los habitantes del primer mundo tendremos que aprender a "compartir", tendremos que renunciar a algunos de los derechos adquiridos con el fin de ampliar los derechos de otros que no tienen ninguno, decir eso no es políticamente correcto por eso tratamos de mantener un sistema que permite que un empleado despedido cobre un sueldo del gobierno durante dos años y una indemnización de su empresa que puede ser el salario de otros dos. Con unos servicios públicos de empleo inoperativos ¿quien en esas condiciones se va a esforzar en volver a trabajar en,al menos dos años? ¿nos podemos permitir esto?

El gobierno español ha perdido una oportunidad de oro en estos cuatro años de cambiar el modelo productivo español pero es que eso pasaba por exigir a los parados que se reciclen en vez de subsidiar la economía sumergida, quitar dinero de sectores actualmente masivos en favor de otros en los que habría que hacer un esfuerzo formativo enorme, ajustar las administraciones autonómicas y locales al tamaño que de verdad deben tener. Un pais donde los jovenes lo que quieren es ser funcionarios no es un ejemplo de esfuerzo y competitividad y una huelga no es la medida inteligente. Así nos va.