07 septiembre, 2008

¿Conmemorar el terror?

Me mueve a escribir la noticia aireada en todos los medios de comunicación de que McCaine y Obama van a participar juntos en la conmemoración del 11-S, no por el hecho en si de que se junten (no podría ser de otra manera) sino por algo que me ronda la cabeza y, quizá aún más, el corazón desde hace días: ¿Tiene sentido conmemorar el 11-S, o el 11-M o cualquier otra matanza terrorista?

Tengo la sensación de que pensando en las víctimas hemos juntado en la memoria colectiva la bomba de Hiroshima, la guerra de Vietnam y el 11-S, entre otros muchos hechos igualmente luctuosos y dramáticos. Desde el punto de vista de los muertos, de las pérdidas humanas y de la sinrazón de la violencia son efectivamente comparables... pero no son lo mismo. Que lloremos y nos horroricemos al pensar en cualquiera de ellos es humano... pero no son lo mismo. Y las conmemoraciones, el culto a la memoria solo tienen sentido si tienen sentido, es decir, si hay una finalidad más allá del mero recuerdo.

Entiendo que cuando ponemos una corona por los caídos en una guerra, cuando hacemos un acto en recuerdo de las bombas de Hiroshima o Nagasaki, cuando recordamos cualquier armisticio, lo que estamos haciendo es recordarnos a nosotros mismos que hubo unos hombres y mujeres en algún momento de la historia que fueron incapaces de solucionar sus conflictos de manera pacífica, hombres y mujeres que creían estar haciendo lo correcto por sus países o sus semejantes... que nos damos cuenta de que estaban profundamente equivocados y que hacemos el firme propósito de no volver a caer en el error. Como seres humanos las guerras, lamentablemente, forman parte de una responsabilidad compartida, de nuestra incompetencia para entendernos los unos con los otros, es bueno pararnos de vez en cuando a reflexionar sobre ello.

Sin embargo el terrorismo nos es ajeno, aunque surge entre nosotros y se autojustifica, sabemos que está fuera de la sociedad, que es delito, que no tiene justificación posible y que no tiene nada que ver con ninguno de nosotros, con ninguno de los que aborrecemos la violencia y el daño ajeno. Nada positivo hay en recordar un acto terrorista, no sirve para evitar el próximo porque los terroristas no están ahi, no reflexionan, más bien al contrario, ven culminada su perversa obra cada vez que nos reunimos a llorar. Cada 11 de Septiembre desde 2001 Bin Laden y los suyos asisten a un homenaje, a un acto en el que el mundo los recuerda con horror para alimentar su soberbia y su locura: su objetivo está cumplido.


Creo que las victimas del terrorismo merecen nuestro respeto y consideración, creo que debemos arbitrar medidas para paliar en la medida de lo posible su dolor y su pérdida y ayudarles a rehacerse, pero también a olvidar... todos somos víctimas en una u otra medida, todos necesitamos olvidar. Y los terroristas lo único que se merecen, en tanto los atrapamos y los metemos en la cárcel, es nuestra indiferencia y, al final, el olvido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema no es que se conmemore sino el uso que se le de a ese acto. Lo raro seria que no se hiciera nada, pero me temo que va a ser vilmente utilizado para potenciar el odio a los "enemigos" de USA, exaltar el "patriotismo" y para los novatos una oportunidad de granjearse el cariño de los votantes.
Ciertamnte USA es un pais puntero en el reciclaje: todo se aprovecha.

Arda dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo.
No quiero añadir nada mas.
Solo que sentí indignacion cuando unos amigos que han visitado NY este verano, me cuentan que la mayor atracción de la ciudad, es la Zona Cero!.
Sin comentarios.......