Dia de las madres

A primera hora he sido felicitada y he recibido un regalo. Por la tarde hemos ido a casa de mi suegra a felicitarla y a presentarle un regalo para conmemorar este día. Después, en casa de mi propia madre las felicitaciones han sido múltiples, a mi abuela, a mi madre, a mis hermanas, a mis cuñadas... incluso hemos telefoneado a Rosi que está a punto de dar a luz en Lanzarote (¡hermana! un abrazo desde aquí).

Pero hoy quiero dedicar este post a las madres que no han recibido una felicitación con un abrazo porque sus hijos están lejos con un ejército, en un barco, en la cárcel, en un hospital, a las madres que han sufrido el mayor horror que se pueda imaginar que es ver morir a un hijo, a todas ellas vaya mi recuerdo y mi deseo de consuelo. Y quiero dedicarlo a todas aquellas madres que han tenido que luchar por sus hijos, para adoptarlos con gran esfuerzo, para sacarlos adelante en la pobreza, para arrebatárselos a la enfermedad, a éstas vaya mi recuerdo y mi admiración. Y quiero dedicarlo, por último, a todas aquellas mujeres que año tras año luchan contra la naturaleza para poder ser madres, sobreponiéndose a los abortos, sometiéndose a dolorosos y agotadores procesos de reproducción asistida, arriesgándose en embarazos de alto riesgo, para ellas un deseo de esperanza.