04 julio, 2007

Eva


Eva, tu nombre es nombre de tormenta,
naciste para dar voz a mi pasión desenfrenada,
absurda, desbordada, incoherente, arrolladora, oculta, indecorosa,
fallida, rechazada, malherida, escondida, marchita, hoy agotada.

Eva, tu nombre es nombre de tormenta,
de huracán que a su paso no deja nada más
que ruinas, cicatrices del alma devastada, escombros de dolor,
desesperanza. Tu voz, Eva, es la voz de mi desgracia que no pude gritar.

Eva, tu nombre es nombre de tormenta,
pero tras la tormenta ha de volver la calma,
la brisa serenada, la lluvia mansa de las lágrimas tristes,
el pulso de la tierra acompasado al corazón marchito, el trueno que calla.

Eva, tu nombre era nombre de tormenta,
y al retornar la paz tu nombre no hace falta.
Eva, amiga, desnudaste tu espíritu y tu cuerpo para mostrar mi espalda,
para que yo no fuese quien hablara, por proteger la tierra que me abraza.

Eva, tu nombre ya no es nombre de tormenta,
ya no hay ciclón ni torbellino ni galerna,
solo tu espíritu en la arena descarnado, las cicatrices secas, apenas nada
que cuidar, una imagen prestada, falsa, una voz que ha agotado las palabras.

Eva, tu nombre ya no es nombre de tormenta,
porque mi alma ha vuelto del exilio, está de nuevo en casa,
después de perseguir una entelequia de ojos de miel y de sonrisa franca,
de boca esquiva y caricias regateadas, mi alma vuelve a ser de verdad mi alma.

Eva, tu nombre ya no es nombre de tormenta,
descansemos las dos en esta calma, dejemos este mundo de palabras.
Eva, vayámonos tranquilas, tal vez no hoy ni mañana pero pronto,
dejemos este cuerpo compartido, este espíritu prestado, este anhelo defraudado
en la arena templada de la playa.

1 comentario:

Azul Flojo dijo...

No dejes que Eva se pierda para siempre, no hay amigos como el amigo que sale de uno mismo. Una vez te dije en un comentario que nadie me ha ayudado más que yo. Si vuelves a ver a Eva dale un beso de mi parte. Y dile que gracias a Dios hay mucho de ella en ti.