21 abril, 2007

SERGIO

Sergio nació maduro. Fué un bebé tranquilo, sin llantos estériles. Dormía como un bendito desde muy pequeño y apenas se despertaba para comer. Desde muy pequeño también empezó a tener problemas con su garganta y los catarros y faringitis eran inusitadamente frecuentes. Tosía, moqueaba pero apenas recuerdo que llorase. Por suerte aquello acabó y ahora, como su hermana, tiene una salud de hierro. Fué también un bebé precioso, rubio y gordito, afeado sólamente por un acusado estrabismo en los dos ojos. El pobre se pasó tres años de su tierna infancia padeciendo con estoicismo los parcches en los ojos, hasta que a los cinco años le operamos de uno de ellos. Aún se me encoge el corazó al recordar esa noche, una vez que la familia y los amigo se marcharon de la clínica, allí, con sus dos ojitos vendados y dándome la manita me dijo: "Mamá, ¡que tranquilitos estamos aqui los dos solitos, verdad?". Esa frase refleja mejor que nada su forma de ser. Tranquilo, conforme y aprovechando lo mejor de cada situación... y ayudándonos a los demás. Le daban pánico los perros y el mar. A los siete años fuimos a ver unos cachorros, su hermana estaba loca por un perrito pero temíamos que para él fuese un trauma tener uno en casa. Cuando llegamos y se vió rodeado de cachorros de dos semanas se derrumbaron sus temores, tomó uno en brazos... y hasta ahora, Thor va a cumplir 9 años con nosotros. En la playa de pequeño se alejaba del agua todo lo que podía y me rogaba a gritos que le dijese al mar que "no viniese". Inexplicablemente un día fué con unos amigos del colegio y todas sus aprensiones desaparecieron hasta tal punto que a estas alturas nos preguntamos si le habrán salido branquias, dada la cantidad de tiempo que es capaz de pasar dentro del agua. Pero él es así, de todo o nada, de aficiones desmedidas y aversiones implacables, de repetir hasta la saciedad el plato aceptado y rechazar inexorablemente el manjar desconocido. Está ahí sin hacerse notar, en sus cosas, sus libros, sus poemas, sus programas... pero con el oído avizor, sin perder comba de lo que se dice o se murmura. Y siempre presente. Presente por su enorme empatía, por esa habilidad de conectar con los sentimientos de otros, esa habilidar de acariciar levemente, de decir una palabra oportuna, de apoyar. Presente co su: "Margaritas, margaritas, margaritas". Presente por una sensatez inapropiada a los 15 años, a los 16 años. Presente por encajar las decepciones con una entereza impropia de la efervescente adolescencia. Es divertido, ocurrente, brillante, sensible, cariñoso, amable, tranquilo, cálido y tierno. Es alguien a quien apetece querer y que apetece que esté ahí. Seguramente está ahí por alguna razón, con algún propósito, y no solo para que yo me sienta la más orgullosa de las madres.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Ana, soy una mexicana residente de la ciudad de Xalapa, en Veracruz, el estado mexicano que abraza al Golfo de México.
Buscaba yo noticias sobre las elecciones en Francias, en especial de Ségolene Royal (para escribir un artículo) y -como suele suceder en Internet- de brinco en brinco, no se ni como ni a través de cual vínculo llegué a tu blolg, leí de Sergio... de Esther y de su programa de radio... de tu doctorado en Química y he empecé ahí mismo a admirarte y a admirarme de cuantas coincidencias hay entre los seres humanos así estemos en extremos del planeta... Seré desde hoy una de las lectoras de tu "camino al andar" así que otro día te cuento de esas coincidencias.
María Elena Reynaldos
maereynaldos@hotmail.com

Anónimo dijo...

que bonito oir hablar asi de un hijoooo!!! ojala pueda escribir algun dia asi de bonito porque haya alguien asi de especial en mi vida...es una de mis asignaturas pendientes...besos, Ana guapa

Ana Gallardo dijo...

Gracias Mabel, como siempre un placer recibirte en esta tu casa. Tus palabras: un bálsamo para el corazón.

Querida Maria Elena, hay un post acerca de Segolène Royale en mi blog, de ahí la entrada, supongo. Tus palabras me alegran sobremanera y me encantará volver a leerte por aqui y, muy especialmente, saber de esas afinidades que nos unen a través de medio mundo. Seguro que a mi amiga Mabel también le encantara recibir noticias de un lugar que tiene tan románticas connotaciones como Veracruz. Un abrazo y bienvenida.