"Menos gente y más personas
Hay días en los que pierdo la fe en la raza humana. Me entristezco al ver lo que me rodea y me niego a acostumbrarme a ello. Así, he aprendido a diferenciar dos tipos de personas; por un lado están los conformistas, las personas endebles, facilonas, del rebaño. Personas que acatan las normas sin cuestionárselas, sin objetivos, sin metas. Personas de mentes débiles y de escasa moral, gentes sin sueños ni pasiones a las que no les supondría ningún problema pasar por encima de sus ideales porque apenas creen en ellos. Son personas tristes, que viven en mundos tristes, con gentes tristes en vidas tristes. Dan lástima. Pero, afortunadamente, en el otro lado de la balanza se encuentran las buenas personas, aquellas por las que vale la pena levantarse cada mañana; sabes que estárán ahí siempre que lo necesites. Son fuertes, voluntariosas, comprometidas. Personas que saben escuchar y te dicen no lo que te gustaría oir para quedar bien, sino lo que realmente piensan; guste o no. Saben lo que quieren y llegarán hasta el final para lograr su objetivo marcado; aprenderán de cada derrota y nunca agacharan la cabeza porque para ellas caerse está permitido y levantarse es obligatorio. Han sido, son y serán el motor que hace girar la Tierra.
Son personas como mi madre, que dejan huella. Gente buena, buena gente de la que nunca te cansarás de agradecer que formen parte de tu vida...
Gracias a todas esas personas que forman parte del segundo grupo, gracias porque me hacen ser más fuerte."
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