23 septiembre, 2006

La soledad


Ellos tienen razón esa felicidad,
al menos con mayúscula, no existe
¡ah! pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve presoledad.

Después de la alegría viene la soledad,
después de la plenitud viene la soledad,
después del amor viene la soledad.

Ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto,
uno se siente solo en el mundo.

Sin asideros, sin pretextos,
sin abrazos, sin rencores,
sin las cosas que unen o separan,
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo.

Los datos objetivos son como sigue.

Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos,
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos.

Claro que la soledad no viene sola.

Si se mira por sobre el hombro mustio de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible,
un sencillo respeto por terceros o cuartos,
ese percance de ser buena gente.

Después de la alegría,
después de la plenitud,
después del amor,
viene la soledad.

Conforme pero
¿que vendrá después
de la soledad?.

A veces no me siento tan solo si imagino, mejor dicho, si se
que mas allá de mi soledad y de la tuya
otra vez estas vos,
aunque sea preguntándote a solas
¿que vendrá después de la soledad?.

Mario Benedetti

No hay comentarios: