28 junio, 2009

Para Ana... para ayudarte a seguir o, al menos, intentarlo.

Querida Ana, queridísima hermana,

¡que razón tienes! ¡que lejos estamos de tí ahora a pesar de estar a tu lado! ¡que duro y largo, que solitario tu viaje! No seré yo quien te diga que se como te sientes... no lo se. Apenas intento imaginar tu dolor la tristeza que me atenaza el alma es tan grande que tiro la toalla y aparto el pensamiento, me rindo y me quedo a años luz de lo que debes estar sintiendo.

Una vez, hace ya meses, te dije que te admiraba, que tu fortaleza y tu generosidad eran un ejemplo para mi. ¿Lo recuerdas? ¿recuerdas lo que me respondiste? Yo si, me dijiste "Es lo que toca, no me queda otra" Y se me hizo un nudo en el estómago y sentí por ti una enorme gratitud (porque estabas al lado de Carlos) y una enorme admiración. Ana, es posible que sea "lo que toca" pero no todo el mundo es capaz de afrontar lo que tu, no todo el mundo aguanta con ánimo, con energía, con una sonrisa, con tanta entrega. Y también supe, lo intuía de antes pero ahí tuve la certeza, del inmenso amor que sentías, que sientes por él. Ese, afortunadamente, creo que si soy capaz de imaginarlo. Y por eso imaginar tu dolor se me hace insoportable.

Tampoco seré yo quien te diga lo que tienes que hacer. No osaría porque yo misma se que sería incapaz de hacer nada, querría encerrarme y no ver a nadie, que nadie me hablase, quedarme sola y quieta con mi dolor y mis recuerdos... Y sin embargo tu, de nuevo, te pones a prueba, vas a trabajar, sales, hablas con la gente, escribes, escuchas y compartes. Ana, yo no se lo que puedes hacer para estar mejor, no se QUE MÁS puedes hacer, solo se que lo que ya estás haciendo es una hazaña. Se positivamente que Carlos querría que fueses feliz pero me atrevo a aventurar que ni siquiera él esperaría más de lo que ya estás avanzando. Yo no creo que puedas ser feliz en el corto plazo, yo no creo que una herida así pueda empezar a cicatrizar hasta dentro de mucho tiempo, yo creo que cuando se da tanto, lo que se pierde tarda mucho, mucho en recuperarse.

Ana, hermana, no dudes que lo que ya estas haciendo es mucho: vivir cada día, sobrevivir a su ausencia, sobrellevar la existencia. Simplemente sigue adelante, lo demás llegará ... muy poco a poco, pero llegará. Mientras, te queremos infinitamente.

8 comentarios:

Esteve Muntada Molas dijo...

Mi sincero y respetuoso deseo de que, poco a poco, podáis ir aceptando que vuestro amado Carlos ya no está entre nosotros. Evidentemente es muy fácil para mí enviaros este deseo, porque aunque os admire mi vínculo es lejano y reciente. Sin embargo, creerme, surge de lo más profundo de mi alma. Poco hace que os conozco y de forma algo extraña. Por palabras, por sentimientos que he creido captar. Entonces, des de esta lejanía, des de este intentar entender, comprender, todo el enorme sufrimiento que habéis acumulado, que arrastráis por la enfermedad y después la pérdida de vuestro amado Carlos, os mando mi aliento y la esperanza de que aprenderéis a vivir con su ausencia, porque así debe ser, porque así lo querría él, porque así de dura pero también de grande es esta vida. Abrir los ojos y contemplad la belleza que os rodea y a la que creí entender era Carlos tan sensible. Eso os debe dar ganas de seguir... quizá incluso... sonreír.
Un fuerte abrazo.

Arda dijo...

Hoy he felicitado a un amigo que se llama Pere.
Después de la felicitación, han venido las preguntas de rigor: como estáis?, y la familia?.
La amistad con Pere y su familia, viene del tiempo de la “mili” que mi marido y el hicieron en Zaragoza. Nos vemos poco pero mantenemos contacto y afecto.
Pere y su esposa Montse, tienen tres hijos, una chica y dos chicos. La chica que es la mayor, se llama Nuria y tiene la edad de mi hijo Quim.
Llevaba cuatro años viviendo con su pareja Enrique y el enfermó de cáncer.
Después de una dura lucha, murió en Agosto del pasado año a los treinta y dos años.
Y hoy, Pere (el padre de Nuria), me comenta que su hija está bien, que trabaja, que sale de excursión con amigos, que va al cine, a conciertos….
Que lo único que a el le preocupa, es la relación tan estrecha que mantiene aún con sus suegros. Que esta relación afectiva que la une a ellos, no le permite “pasar página”…
He pensado en Ana, en Carlos y en vosotros.
Porqué tiene que “pasar página” nadie si siente un gran cariño por los que son también su familia?.
Entiendo el “egoísmo” de Pere. Quiere ver a su hija feliz de nuevo. Pero Nuria es feliz. Con la compañía de sus suegros y de su cuñada y con el recuerdo de Enrique.
Esta es su realidad como lo es de vuestra Ana.

Ana Gallardo dijo...

Es increíble como uno, a poco que mantenga la mente y el corazón abiertos, va encontrando paralelismos y similitudes en las experiencias humanas.

Yo estoy segura de que los padres de Ana (que viven en Extremadura) querrían tenerla con ellos, arroparla y consolarla. Pero ella lleva tres años viviendo con mis padres un dia a dia por y para Carlos, solidario en el sufrimiento y en la alegría. El vínculo que se ha creado es imposible de romper y pasará mucho mucho tiempo hasta que ni siquiera se plantee distanciarse. Yo no creo que "pasar página" sea olvidar el pasado, y tampoco creo que se pueda ser "feliz" en mucho tiempo tras una pérdida así, pero si creo que una mujer joven (tiene 32 años) no debe renunciar a un proyecto de vida, al amor, a hijos. El que tenía lamentablemente se ha truncado y aunque tardará mucho tiempo en asimilarlo la vida es larga y ella (cualquiera en su lugar) se merece todas las oportunidades del mundo.

Que no se engañe Pere, su hija hace una vida "normal" solo en apariencia, yo estoy segura de que en la soledad de su casa aún sigue echando de menos a su compañero y mientras eso ocurra sus suegros son el bálsamo para su nostalgia porque la comparten. Algún día, no mañana ni pasado, pero algún día Pere puede encontrarse con que su hija empieza a formar parte de una tercera familia... se que a algunos puedo parecerles insensible pero creo que personas como Nuria, como Ana son de las que se han ganado a pulso una segunda oportunidad para ser felices.

Encarni Moreno dijo...

Sí,llevas razón Ana,tanto tu cuñada como Nuria,merecen otra oportunidad para ser felices de nuevo y poco a poco,irán recuperando su normalidad.Un abrazo amiga
Gracias por tus palabras de ánimo en mi blog,ni te imaginas lo que me ayudan,mil gracias Ana...qué buena gente sois tu familia

Hada Isol ♥ dijo...

Me ha conmovido tu post,yo leo el blog de Carlos y Ana y la verdad es que cuando me pongo un ratito en su lugar siento mucho dolor por eso la comprendo mucho,espero que con el tiempo Ana pueda sobreponerse,sin duda tu gesto ayuda mucho,te mando un abrazo eres una buena persona!

MITOCONDRIA dijo...

Entro de puntillas a decirte que tus letras son grandes,penetran y que te las leas para ti también.

Ana, tu cuñada... dijo...

Hola Ana... No sé qué decirte... Mi vida con Carlos le decidí desde el primer día que le ví. Supe, desde ese mismo momento, que era el hombre de mi vida. Le he querido y le quiero con toda mi alma, de la única forma que sé querer. Quise estar ahí, siempre, porque fue mi elección, pero como le decía a él infinidad de veces, para mí no había otra forma de hacer las cosas.Él era mi vida... Ahora sólo puedo decir que tengo la tremenda suerte de teneros a vosotros, mi familia. De quereros tanto como os quiero, de la única forma que sé, que es con toda mi alma. Nunca me separaré de vosotros... Y sí, soy joven, pero lamentablemente parece que mi alma tenga ya mil años y no quiero hablar de rehacer mi vida, ni de terceras familias, creo que ya he tenido bastante.
Gracias por todo, por estar ahí, a pesar de que a veces no te haga mucho caso, lo siento. Sólo quiero que sepas que te quiero, aunque ahora lo diga bajito, pero te quiero mucho, que lo sepas.
Un besote grandote, y ya sabes, sonríe, si?

Ana Gallardo dijo...

Ana, los años te enseñan a leer entre lineas y a escuchar las palabras no dichas. No necesitas "hacerme caso" para sentirme querida, ojalá supiera transmitirte yo lo mismo.

Gracias por venir. Gracias por ser tu.