17 junio, 2007

Para mi misma...

Ando, me deslizo, subo, bajo, llego... Llevo unas semanas curiosas, llenas de encuentros, de reencuentros, de "demás". Y a veces necesito mirar en mi interior, reconocerme, encontrarme. Son momentos fugaces, ahora son fugaces, momentos en que cierro los ojos para no distraerme, para hurgar en mi interior... ¿qué siento? ¿qué busco? ¿qué tuve y qué tengo? ¿qué quise y qué quiero? ¿qué olvidé y qué recuerdo? Es una mirada tranquila, sin miedo, a un territorio conocido y confortable que, sin embargo, aún me depara alguna sorpresa. Es bueno que uno pueda sorprenderse a si mismo a pesar del tiempo, es saludable, me gusta sentirme amiga de mi misma y poder decirme de vez en cuando... "chica, me dejas de una pieza". Si, una de las razones por las que me tolero es que ni yo misma estoy segura de ser yo misma. Y hoy es uno de esos dias en que me he dedicado un segundo a descubrirme.

2 comentarios:

Azul Flojo dijo...

No sabes como te entiendo. Supongo que eso nos pasa alos que tenemos mucha vida interior. Necesitamos sentirnos, saber que estamos vivos, y que vamos por el buen camino. Yo lo llamo conciencia. Pero no dejes que sea dura contigo. La mía me castiga constantemente. Hasta que la mando más lejos que cerca.

Ana Gallardo dijo...

¿Sabes que? a veces para sentirme viva realmente lo que necesito es equivocarme, caer en la tentación, saber que soy imperfecta y que aún hay margen para la mejora... Por eso me observo, me persigo, porque si no estoy atenta podría llegar a caer en la tentación de creerme perfecta, de creerme acabda y eso, además de un fatal error me sumiría en el más absoluto aburrimiento.

Deja que la conciencia se afile los dientes, a veces ella también se equivoca y "muerde hueso"...