28 febrero, 2007

Contaminame, mezclate conmigo...

Llevo una semana yendo a trabajar en taxi proque tengo el coche estropeado (ya no, mañana ya me toca conducir) y de los seis taxis que he tomado, en cuatro el conductor acababa de llegar de Venezuela. Bien por emigración, bien por retorno, el caso es que en cuatro de los viajes he tenido que indicar el camino porque "llevo poco aqui, señora, y aún no me hago con las calles".

Reconozco que me gusta. No lo puedo evitar. Algunos de mis mejores amigos se quejan de la "invasión" que sufrimos, de la pérdida de bienestar que eso supone. A mi me gusta. Me gusta descubrir que estas personas han hallado un refugio. Me gusta pensar que somos afortunados por poder compartir con otros parte de ese bienestar. Y me gusta, lo confieso, porque sus historias son humanas y las comparten con facilidad. Así he sabido de un canario que tuvo la precaución de ir invirtiendo sus ahorros en una casa en La Cuesta con la idea de alquilarla y que, hoy, afortunadamente, puede disfrutar de una casa para sus hijos de 16 y 13 años en un entorno más seguro.

En otro extremo encuentro un hombre con cinco historias amorosas que contar y ninguna de desamor, casado a los 16 en medio casi de una borrachera con un divorcio a los 3 dias; un matrimonio de 19 años y dos hijos roto por un tercero en discordia pero sin disputa y una jueza sorprendida de un divorcio tan civilizado; una convivencia mestiza rota por el retorno a la tierra paterna; otra convivencia finiquitada por demasiada paz, "eres amable, trabajador, bailas pegado y haces el amor rico, pero necesito más" dijo ella mientras sacaba sus maletas a la calle; una última historia con una jueza de familia (la de aquel divorcio ¿recuerdan?). Esto es de novela y realmente solo puede pasar a quien tiene el valor de cruzar el océano.

Y hay más. Historias grandes y pequeñas, duras y menos. Pero en cualquier caso historias de valentía. Hay que ser valiente para dejarlo todo y embarcar una familia.

Por mi trabajo me veo en la obligación de entrevistar candidatos para empleos diversos. En los últimos tiempos el porcentaje de extrajeros es enorme. Ellos no han venido de vacaciones. A mi me enriquecen la existencia. BIENVENIDOS


1 comentario:

Anónimo dijo...

...jajaja...me parrrtooo!!! que buena la historia de este señor!!!...que estupendo haber tenido cinco historias y que ninguna sea de desamor!!!...me gusta esoooo!!!...y lo de la juezaaaaa!!!...jajajjaa...toda su historia parece sacada de una telenovela, pero ya lo de la jueza es el colllllmoooo!!...jajjja..de verdad, yo creo que despues de todas estas vivencias, estaria tentada todos los dias a coger el taxi en lugar de mi coche...besitos ana.